Por: Sonia Jiménez
Fueron 33 pinturas donadas para los hogares que forman parte de la Aldea Infantil de Santa Ana (AISA), incluyendo la mano de obra. Además, la pintura que se escogió está diseñada especialmente para los niños, puesto que es 100% lavable.
El proyecto para la donación, inició en febrero del presente año, con el objetivo de crear entornos más agradables a los niños, niñas y adolescentes que son parte del programa.
“La iniciativa se dio como parte del apoyo de bienestar social que tiene la compañía, y decidimos escoger Aldeas Infantiles SOS por el tema de la niñez, ya que son el pilar más fundamental que tiene el futuro” comentó Diego Araya, encargado de Mercadeo para la empresa LANCO.
Araya se mostró muy satisfecho por el trabajo realizado, y comentó que, de parte de la empresa, era un gusto y honor haber tenido la oportunidad de participar en esta labor, y que lo más importante es saber que ahora los menores cuentan con un mejor lugar.
En el complejo habitan alrededor de 87 niños, niñas y adolescentes, teniendo una persona adulta encargada de ellos, a las que llaman "tías". También cuentan con el apoyo de un equipo técnico, psicólogo (a), tutor (a), trabajador (a) social y gestor(a) de calidad.
La directora de AISA, Elena Chaverri, asegura que cuando ella asumió su cargo, ya se notaba cierto deterioro en las paredes, y que esto provocaba que los participantes rayaran y descuidaran aún más el lugar.
"Desde que comenzó la cultura de pintar paredes, los(as) participantes se sienten en un entorno más cálido y protector, lo que crea en ellos (as) la motivación de cuidar el espacio en el que habitan temporalmente", expresó Chaverri.
Las formadoras también se han sentido muy felices por el nuevo cambio que tienen las alternativas de cuido, ya que las ven como su segundo hogar, puesto que pasan la mayor parte de su tiempo ahí, brindando entornos familiares, afectivos y protectores.
"La nueva pintura cambió totalmente la estructura de cada casa, a nivel visual, se notamás iluminación, cambiando el estado anímico de las tías y por supuesto de los (as) participantes", señalo Jeannette Fallas, quien lleva 4 años colaborando como "tía".
Con esta nueva apariencia, los participantes ya sienten que el espacio en el que habitan es suyo, en conjunto con las “tías”, tuvieron la posibilidad de elegir el color que deseaban en cada una de las casas para que formaran parte del cambio.
"La casa se siente más fresca, me sentí feliz de poder escoger el color de mi cuarto, ahora todos (as) cuidan sus viviendas, ya no las rayan, ni ensucian", indicó Ariel Salas de 17 años.
Aldeas Infantiles SOS Costa Rica espera seguir contando con donaciones de diferentes empresas, para poder seguir abarcando las necesidades de cada localidad, y ofrecer un mejor desarrollo integral a los niños, niñas y adolescentes que participan de los programas.