La familia es la base esencial para la construcción de la identidad de cada persona. Desde este núcleo se proyecta su desarrollo en el ámbito social y se fomenta el crecimiento basado en los valores culturales propios.
La familia tiene un papel tan importante que, en 1989, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 15 de mayo como el Día Internacional de las Familias, una conmemoración que tiene como objetivo crear conciencia sobre su papel fundamental en la educación desde la primera infancia y las oportunidades de aprendizaje permanente que ofrece a la niñez y la juventud, gracias al apoyo de esta primera y gran institución social.
La presencia de una madre, padre, persona cuidadora, que sea receptiva, asegura una base desde la que la niña o niño puede salir, explorar y aprender, al tiempo que desarrolla un apego seguro a esa persona adulta. Los patrones de apego seguro sientan las bases del futuro bienestar emocional de la niña o niño y de su capacidad para establecer relaciones de confianza con otras personas.
La falta de relaciones propicias en la infancia puede perjudicar el desarrollo del cerebro y tener efectos adversos a largo plazo. Cuando una niña o niño no puede confiar en una persona adulta de forma constante en lo que respecta a seguridad, estabilidad y consuelo, el estrés resultante altera el desarrollo de las conexiones neuronales y las capacidades fundamentales como el aprendizaje, la planificación y la toma de decisiones.
Celebramos la diversidad de las familias
Esta efeméride no solo resalta el valor de la familia en singular, sino que también reconoce y celebra la gran diversidad que existe en torno a este concepto y las múltiples formas de vida que lo acompañan. Se entiende que la familia es el grupo de personas que acompaña, protege y cuida, sin importar si se adapta o no a la estructura tradicional de madre, padre e hijos.
Es en este contexto donde Aldeas Infantiles SOS desempeña un papel crucial. Actualmente, acogemos a más de 380 niñas, niños y adolescentes que no pueden vivir con sus familias de origen debido a diversas circunstancias en las que sus derechos han sido vulnerados.
En nuestra organización, reconocemos que cada niña y niño tiene el derecho a vivir en una familia; por ello, trabajamos para que las personas menores de edad, bajo nuestro cuidado, no solo se sientan en un espacio acogedor, en el que son respetados, cuidados y acompañados, sino que también, siempre que sea posible, mantengan vínculos con familiares o redes de apoyo.
En Aldeas Infantiles SOS nos esforzamos diariamente para garantizar que cada niña y niño tenga la oportunidad de crecer en un entorno familiar, seguro y amoroso, reafirmando nuestro compromiso con la protección y el bienestar de la infancia.
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