Por: José Durán
Hace poco más de un año, Jordy, un participante del programa Aldeas Infantiles SOS, sede Tres Ríos, solía ir a ver a Kevin, su hermano mayor, jugar en la U15 del Club Sport Cartaginés, con la ambición de algún día también formar parte de este equipo. Actualmente, el joven no solo logró ser admitido, sino que desde el mes de junio subió de categoría y ahora forma parte de la U17.
“Yo iba a ver a mi hermano a los partidos, entonces él le contó al entrenador de mí y me llamaron a pruebas. Todo consistía en hacer bien los pases, saques de banda, tener buena condición física y saber cómo marcar a los otros. Yo fui y las pasé”, comentó el futbolista de 15 años.
Sus obligaciones en la cancha le han llevado a vivir nuevas experiencias, como la que tuvo a mediados de este año, donde él y sus compañeros tuvieron la oportunidad de viajar a Guatemala por cinco días para jugar seis partidos, de los cuales perdieron uno, empataron tres y ganaron dos.
La visita se efectuó con el fin de realizar encuentros amistosos con equipos locales y conocer más de las técnicas que se aplican en otros países de la región.
“Durante los juegos sentimos que tuvimos una mayor posesión del balón, en comparación con ellos, pero los de Guatemala presionan más y marcan con más defensa. Además su condición es bastante buena. A veces teníamos hasta dos partidos el mismo día, pero nos dieron un tiempo para conocer un poco de la ciudad, visitar el zoológico y la ciudad de Antigua”, agregó.
Para cubrir parte de los gastos del viaje el joven decidió realizar rifas y vender “apretados”; no obstante, la Aldea Infantil SOS de Tres Ríos cubrió la mayoría de los costos.
Esta fue la primera vez que Jordy abordó un avión y salió del país, algo que asegura le llevó a plantearse objetivos más concretos para el futuro.
“Uno vive una experiencia muy bonita al jugar. Mi meta es ser profesor de física, combinarlo con el futbol, salir adelante y ayudar a mi familia. A pesar de que es muy complicado entrenar y estudiar, yo logro ponerle a todo”, señaló.
Actualmente se encuentra en noveno año del colegio y juega en la posición de defensa. Sus entrenamientos se llevan a cabo de lunes a viernes, por lo que una vez que termina sus clases se cambia rápidamente para llegar a tiempo y prepararse para los partidos que disputan los sábados.
“Los lunes vamos al gimnasio, los martes, miércoles y jueves trabajamos más en las posiciones que le tocan a cada uno y los viernes es táctica fija, que consiste en hacer tiros libres y anotar goles”, mencionó.
Familia de acogida
Jordy y su hermano Kevin, de 18 años, habitan juntos en Cartago. Antes solían residir en la Aldea Infantil SOS de Tres Ríos, pero los entrenamientos constantes, las giras y el colegio, les llevaron a mudarse a esta localidad. Lo anterior sucedió gracias al apoyo de Gerardo Morera, su esposa y cuatro hijos, quienes decidieron invitar a los jóvenes a vivir en su casa.
“Con Kevin tenemos tres años de vivir y con Jordy estamos por cumplir los cuatro meses. Todo empezó con Kevin. Cuando él estaba más pequeño llegó a hacer pruebas al Club Sport Cartaginés, ahí lo conocimos y se apegó mucho a nosotros, entonces al final lo trajimos a vivir aquí. Después pasó lo mismo con Jordy”, detalló Morera.
Una “familia de acogida” es una familia que ampara en el seno de su hogar a un niño, una niña o un joven para brindarle un entorno familiar. Esta no es una adopción, es un acogimiento temporal donde la persona menor de edad se vuelve un miembro más de este círculo afectivo.
Para Carlos Sibaja, director nacional de Aldeas Infantiles SOS Costa Rica, dentro de esta modalidad el joven tiene una mayor posibilidad de vivir las dinámicas regulares de una familia y participar en actividades como los cumpleaños, sentarse juntos a comer, salir de paseo, integrarse con la comunidad, etc.
“En estos casos, nosotros identificamos a las familias, les realizamos algunos procesos de preparación, capacitación, evaluaciones de fortalezas y factores psicosociales y socioeconómicos. Una vez que la familia aprueba todo, se somete la solicitud al PANI y esta entidad corrobora la información y da el visto bueno final”, explicó el dirigente.
Aldeas Infantiles SOS ofrece un subsidio económico a la familia para cubrir las necesidades básicas de los muchachos, como vestimenta, dinero de bolsillo, educación y transporte.
“Este tipo de acogimiento suele suceder cuando el niño y la familia ya han tenido un relacionamiento previo, se tiene una idea de quiénes son y ha crecido un afecto. En el caso de Jordy y Kevin, su participación en el Club Sport Cartaginés los acercó a esta familia, los cuales conocieron la situación de los participantes y terminaron viviendo juntos”, detalló.
Esta es una de las medidas de desinstitucionalización que promueve la ONG en el país, con el objetivo de que los niños, niñas y adolescentes que han perdido cuidado familiar puedan vivir en entornos que les permitan una cercanía con la comunidad.
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